Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2017
CHIQUITO GRIS Me duele tu dolor chiquito gris, que te acercás ofreciéndome limpiar mi parabrisas limpio y llevás en los deditos preparado el gesto para pedir una moneda. Me duele ese dolor que reflejan tus ojos. Ojos que miran sin ver; ojos colmados de sabrá Dios qué imágenes. Me duele tu mirada lejos, tus gestos automatizados, tu andar desganado, tu pelo revuelto que casi me impiden ver que ahí … de pie frente a mi … hay un niño. Tu niñez quedó arrumbada, tal vez, desde que naciste.  Tu niñez está escondida en un rincón olvidado, tras haber sido desplazada y arrasada por la soledad, el miedo, el hambre, los malos tratos y tantas cosas terribles que desconozco porque no estoy en tu piel.  Porque no vuelvo a la noche al hueco donde vos vivís, no recibo las tundas que vos recibís si no llevás plata, no veo a mi mamá prostituirse ni a mi papá borracho, no tengo que tratar de dormirme enseguida entre los trapos que forman mi cama, para que no me muerda el hambre. Me d
DE BRISAS Y GORJEOS La  suave brisa que rozó mi cara…no volverá a hacerlo… La gota de lluvia que mojó mi mano…ya estalló en el suelo… El murmullo de las palomas en el árbol, la caricia de su mano en mi pelo, el gorjeo de ese pichón en su nido, el canto de ese hornero en esa rama, la sonrisa de mi hijo ... su mirada, esa gota de rocío con la que amaneció esa rosa, su aliento en mi cuello esta mañana, su suspiro cuando mi mano acarició su cara, el rayo de sol que entibió mi frente, el reflejo de la luna en el lago … ya pasaron … ya no existen … Llegará otra brisa, otra gota, otros gorjeos, otros suspiros … pero serán otros. Y también ellos serán efímeros. Esto nos invita a saborearlos intensamente.-
PÉRDIDAS... Cuando una lágrima cae, lleva en su pequeñez una enorme carga. Ya de dolor, ya de felicidad, ya de nostalgia, ya de emoción… Cuando una lágrima cae lleva un pedazo del alma de quien la poseyó hasta unos segundos antes. Conoce cada recoveco de su interior, cada segundo de su vida, cada recóndito lugar de su ser. Y pensar que al caer, se diluye ya en el suelo, ya en un pañuelo, ya secada por el viento … Pero con cada lágrima de profunda tristeza que fluye de nuestro ser, perdemos un pedacito de nosotros mismos que ya nunca recuperaremos .-
TODOS CREEN ENTENDER... Y llegan con ideas, proyectos, sugerencias, iluminaciones, resultados de investigaciones, consejos y mil palabras huecas. Mil palabras que no se ajustan a la realidad porque no preguntan y, si preguntan, no escuchan. Sacan su librito e intentan aplicar cosas inaplicables. Y de pronto, cuando no le afecta, los dejo ya que al menos hace algo distinto o ve otras personas. Y él los mira. De pronto les brinda una sonrisa. Pero no se detienen a pensar y observar si la intervención surte algún efecto, porque el grado de autoconvencimiento de tener la justa…la verdad casi absoluta, tiñe el profesionalismo. Mientras no afecte su dignidad, a algunos los dejo. Aunque hay momentos en los que me dan ganas de mandar todo al demonio y mantenerlo aislado, conmigo, no importando si puede o no hablar. Tampoco si tiene algunas otras dificultades, con tal de que esté tranquilo…en paz. Sólo nosotros, como siempre fue. Pero es así. Seguramente en alguna ocasión habré
Y sucedió… Y me sentí como un pájaro en la tormenta Y se abrió el piso bajo mis pies Quise sujetarme, pero … de quién… si mi sostén estaba allí … tendido … necesitando que yo lo sostuviera. Creí que no iba a sobrevivir ante tal tragedia. Esperé que fuera sólo una especie de error de la vida que en algún instante iba a borrar, como lo estoy haciendo mientras escribo y mi dedo se apoya en la tecla equivocada.   Pero no … . El hecho se convirtió en nuestra nueva realidad. Por cierto muy distinta a la de cinco días atrás cuando caminábamos del brazo por la playa. Cuando disfrutábamos mirando ese cielo y ese mar especialmente nítidos, claros, resplandecientes, mientras nos preguntábamos qué iría a suceder, ya que percibíamos que algún hecho fuerte, intenso y trágico se avecinaba. Pero lejos de sentirnos perturbados, simplemente nos manteníamos alertas mientras seguíamos disfrutando intensamente los minutos … por si acaso. Los mates, algo fríos, sentados en la escalinata de