FALSAS RUTINAS

Cada mañana descorrer las cortinas y pasear la mirada por los árboles, las plantas, el cielo ...; poner a calentar el agua, prender la radio,intentar acomodar el pelo rebelde y, por fin, abrir la puertita superior derecha  del modular de la cocina y deslizar la mano para tomar la taza de café que está dentro de la cazuela.
Hay otra igual al costado de la cazuela, pero la mano elige esa...la de todos los días. Sentir su textura suave produce una sensación de serenidad indescriptible.
Preparar el café con leche y sentarse a saborearlo en algún silloncito cómodo.


Esa pequeña rutina no rutinaria ... esa dulce rutina no rutinaria, es una caricia al alma que ayuda a afrontar el reto del resto del día.-

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